CUANDO EL VIENTO PUEDE
El viento te roza y luego a mi llega.
El sol te ilumina y a la vez me templa.
Aire y sol nos atan.
No tengo otra cosa.
¡Gracias por asomarte!
Por tu fidelidad, aquí.
No tengo otra cosa.
Sólo así te siento, sólo así te hallo.
Si fuera el mismo instante cada día…
Una rutina para que te adivine.
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